Duro golpe a la cúpula del Enemigo. Cúpula bien real, por cierto, no como otras cúpulas inexistentes. Tras una denuncia de varias asociaciones de internautas y del fantástico abogado Josep Jover (sí, el que tumbó el canon en Bruselas), se ha detenido a Teddy Bautista y sus adláteres. Si se demostrara las acusaciones, resultaría que hasta 400 millones de euros supuestamente destinados a los autores habrían acabado en los bolsillos equivocados.
Ahora los defensores del Enemigo nos piden que respetemos la presunción de inocencia. Que no condenemos a los detenidos antes de que se celebre un juicio con todas las garantías. Que dejemos actuar a las autoridades judiciales.
La perfecta definición de la palabra "ironía".
No nos olvidemos de que quienes ahora piden árnica eran los mismos que decidieron llamar ladrones a millones de ciudadanos. Los mismos que iniciaron multitud de acciones judiciales temerarias e infundadas (a juzgar por las condenas en costas que la SGAE ha venido recibiendo). Los mismos que decidieron crear un canon indiscriminado (Europa dixit) con el que gravaron tanto a justos como a pecadores. Los que intentan modificar la legislación vigente para, como dice con salero el genial David Bravo, cambiar de árbitro en mitad del partido. Los que, en definitiva, están impulsando esta Ley Sinde contra la que lucha el Almirantazgo, y que supone la desaparición de garantías judiciales, de la presunción de inocencia y de diversos derechos constitucionales.
Esa gente es la que nos pide ahora que no la condenemos antes de tiempo.
Pues no se preocupe el Enemigo. El Almirantazgo es un firme defensor de los derechos fundamentales en general y de la presunción de inocencia en particular. De hecho, toda la lucha de este blog se basa en nuestro acérrimo deseo de preservar esos derechos. De modo que respetaremos la presunción de inocencia de los detenidos. No vamos a dar por sentada la culpabilidad de nadie.
Pero sí vamos a hablar de credibilidad.
Y es que el Enemigo debe plantearse algunas cosas y debe hacerlo ahora, cuando aún está a tiempo de reaccionar. Si el día de mañana hubiera una condena, eso sería muy preocupante porque significaría que quienes decían estar defendiendo a los creadores, en realidad solo se defendían a sí mismos y a sus cuentas corrientes. Implicaría que los que atacaban e insultaban con furor inquisitorial a cualquier internauta, gentes que nos llamaban "pendejos electrónicos", habrían estado cometiendo graves delitos (porque, a diferencia de lo que ocurre con eso que algunos llaman piratería, la apropiación indebida y la estafa sí están tipificadas en el Código Penal).
Habría sido un "haced lo que yo diga, pero no lo que yo haga".
Por eso el Enemigo debe reaccionar si quiere sobrevivir. Se enfrenta a una grave crisis de credibilidad. Hasta ahora, la única justificación que tenían para sus tropelías era que las hacían en nombre y beneficio de los creadores. Soportábamos cánones, inspectores en peluquerías y funciones colegiales, recaudaciones en actos benéficos, procesos judiciales draconianos... Y parte de la población lo aceptaba porque todo eso era "para defender a los creadores".
¿Qué credibilidad puede tener la SGAE ahora?
En estos momentos, esa entidad privada y supuestamente sin ánimo de lucro que llamamos SGAE se está quedando sin terreno firme sobre el que pisar. Ya no nos creemos sus mentiras. Cada vez menos gente se las cree. Y quizá debamos recordarle al Enemigo que entre esa gente están los Jueces que deberán tomar decisiones sobre sus denuncias. Jueces que también pueden acabar indignados.
Con toda humildad, el Almirantazgo recomienda un cambio de estrategia a la SGAE. Es algo que se llama "control de daños".
Verán, queridos dirigentes de la SGAE y Excma. Sra. Minstra, la guerra ya la tienen perdida. La tenían hacía meses, pero solo ahora empiezan a verlo hasta ustedes. No pueden ganar. Pero pueden evitar que el daño sea catastrófico. ¿Cómo? Sencillo. Cambiando ahora mismo y de forma radical su modo de proceder.
Retiren ese canon que la justicia europea llama indiscriminado. Deroguen de inmediato esa aberración jurídica llamada "Ley Sinde". Desmantelen la S.S. Es lo único que pueden hacer ahora para evitar quedarse totalmente solos en su absurda lucha.
El Almirantazgo, por desgracia, sabe que no seguirán este consejo. El Enemigo tiene una especial habilidad para no ver las cosas como son, sino como le gustaría que fueran. Por eso no habrá cambios. Ellos sabrán.
Lo que sí queremos decirle al Enemigo es que no se confíe. Este golpe que acaba de recibir no será ni mucho menos el último. Sin ir más lejos, el Almirantazgo está agazapado esperando a ver si se atreven a aprobar el reglamento de la Ley Sinde. Si lo hacen, les garantizo que tendrán una gran sorpresa jurídica que no les va a gustar nada. Y, como el Almirantazgo, muchas mentes trabajan para acabar con los desmanes del Enemigo. Como decimos, no pueden ganar la guerra. Asúmanlo.
Y, por favor, dejen de llamarnos ladrones.
ACTUALIZACIÓN A 5-7-11: Leemos en La Vanguardia que el Gobierno va a llegar al extremo de anular el dichoso canon digital. Parece que el Enemigo ya tenía pensadas estrategias de control de daños antes de que se las recomendara el Almirantazgo. Nos alegra la noticia, pero está por ver de qué manera se llevará a cabo el "mecanismo presupuestario para compensar a los autores" que menciona el texto. Porque, o es un mecanismo transparente y justo, o nos quedaremos igual que estábamos.